Resumen
En
medio de potentes desafíos y una red de desastres, el impacto de la pandemia
del COVID-19 no ha dudado en imponer una poderosa reforma en todo el sistema
educativo. No obstante, tales transformaciones de transición y dinámicas
disruptivas vienen perfilándose sobre la base de grandes fracturas
estructurales, dominantes problemas y retos retenidos. En esa dirección, el
presente estudio tiene el propósito de rastrear los principales efectos
devenidos de la pandemia durante y después de la interrupción en el plano
educativo de Latinoamérica y el Caribe. Para ello, mediante la revisión
documental y el análisis presentado por instituciones de alto nivel, la
investigación rige dos frentes. Primero, la pandemia llegó en un momento en el
que terminó por devorar y deteriorar de manera diferenciada los fijados y
modernos estados de bienestar, en particular, uno de los pilares fundamentales
del desarrollo social: la educación. Segundo, este mismo efecto ha demandado
reparar y remediar un relieve de propósitos pendientes y arrastrados para la
educación, que, después de la catástrofe será necesario establecer planes de
recuperación, reapertura y de repensar el terreno educativo y empoderar
espacios débiles dentro de un nuevo proceso donde la descarga de la pandemia determinará
las siguientes décadas.
Conclusión
La descarga del impacto de la pandemia no solamente ha llegado
en un momento en donde la educación ya venía afrontando diversos problemas y
retos arrastrados.
Esta, a su vez, ha significado desprender de una manera
desmedida una poderosa disrupción de escala en los diferentes espacios de la
realidad, al tiempo de emitir respuestas para neutralizar los daños y, mientras
duraba su efecto, el desafío pedagógico dominante imponía la alta necesidad de
reducir las repercusiones negativas posterior al cierre de escuelas e
instituciones de formación superior. No obstante, todo lo anterior fue
recreando la tormenta perfecta para hacer notar, por un lado, el despliegue de
nuevas tecnologías, la imposición de plataformas digitales y programas
nacionales de educación en línea para no detener los propósitos de la
educación; en tanto que, por otro lado, la interrupción del proceso educativo
tradicional en medio de un entorno virtual, fue intensificando las desigualdades
y notificando elevados impuestos debido a un escenario desalentado por la
fragilidad educativa y definido por un relieve de desafíos pendientes o poco
resueltos.
En ese marco, el estado de la pospandemia plantea revisar, identificar y delimitar el problema provocado por este. Así, el diagnóstico vertido permitirá planear un mapa de fallas, necesidades y respuestas radiadas que permitan planificar procesos de reapertura, recuperación y reinvención del modelo educativo. Desde esta mirada, no hay duda de que todas las posibilidades se reducen a una fuerte incorporación de aula invertida o de modelos híbridos que refuercen o dinamicen la transformación de la práctica pedagógica.
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