La medida, que desliga la promoción del número de aprobados, divide a los docentes. Siete de ellos, que trabajan en un instituto donde ya se aplica, cuentan su preocupación y esperanzas en torno al cambio.
 |
Profesores del instituto público Districte Marítim de Valencia, este martes. Desde la izquierda, Carmen Barberá, Ignacio Nagore, María Jesús Sastre, María José Martínez, Tomás Ruiz, Pilar Rivera y Alberto Molina. Los docentes dan su visión sobre el nuevo sistema para pasar de curso. |
RESUMEN DE LA NOTICIA:
Sentados alrededor de una mesa de madera, a la sombra de un olivo, en el patio de un gran instituto de educación secundaria de Valencia, siete profesores hablan de la revolución cultural que está sacudiendo la enseñanza. La repetición en la secundaria obligatoria (ESO) dejará de estar vinculada a un número concreto de suspensos (el límite general está fijado ahora en tres materias, aunque hay excepciones) y el equipo de profesores tomará la decisión en función de lo que considere mejor para el alumno.
Los profesores del instituto Districte Marítim opinan con la ventaja de haber experimentado ya el cambio. La comunidad Valenciana empezó a aplicarlo el curso pasado aprovechando la normativa extraordinaria aprobada por la pandemia. Lo mismo sucede en Baleares, La Rioja, Extremadura y Canarias, y, con matices, en Euskadi y Cataluña. Está previsto que el Gobierno apruebe el decreto que lo convertirá en norma general próximamente.
El principal objetivo de la reforma es reducir las repeticiones, que en España son mucho más frecuentes que en su entorno. En concreto, 4,5 veces más, en los tres primeros cursos de la ESO, que en la media de los países desarrollados, según un informe presentado a mediados de mes por la OCDE (un 8,9% frente a un promedio de 1,9% en 2019).
DEBATE:
El cambio divide a los profesores de toda España y está dando lugar a situaciones inéditas. Por ejemplo, que si no hay acuerdo sobre qué hacer con un alumno, la decisión se tome con los profesores votando en la junta de evaluación. María José Martínez, directora del Distrito Marítimo, comenta que en tales caos, en su centro, el resultado ha sido casi siempre que el estudiante pase de curso. "Como docente me parece peligroso lanzar el mensaje de que suspender o aprobar no se tendrá en cuenta para pasar de curso", dice Pilar Rivera, profesora de Filosofía. Tomás Ruiz, profesor de Lengua y literatura castellana, contesta: "Yo no veo que vaya a rebajar la calidad del sistema educativo ni el nivel de responsabilidad de los alumnos. En casos aislados la repetición beneficia, pero en general, no", además, a lo que respecta sobre la decisión que recae en la junta de evaluación, Ruiz añade, "Yo no creo que confiar la decisión a la junta evaluada sea malo o vaya a degradar el sistema. España tiene un nivel de abandono escolar temprano también muy alto. Si la solución fuera repetir con un número determinado de suspensos, la habríamos encontrado hace años. Repetir, en general, no mejora las capacidades del alumno. Y hay asignaturas que tienen una continuidad curricular, cuyos objetivos se pueden alcanzar al año siguiente. Creo que la clave no está ahí, sino en prestar mayor atención a cómo recuperar al alumno".
En cambio, Pilar Rivera, profesora de Filosofía, dice: “Es cierto que con este sistema final es el equipo quien decide, pero por lo menos en las troncales se debería exigir un mínimo de competencias, porque suponer que las va adquirir el curso siguiente… Pues puede que sí y puede que no”. “[Si un alumno] ha molestado durante el curso, no ha habido manera de acercarse [a él], y no tiene la voluntad de aprender, premiarle, en ese sentido, ¿qué está diciendo a los demás? Que da igual como me comporte, da igual como trabaje, porque al final voy a pasar”, añade.
Por otro lado, María Jesús Sastre, profesora de Matemáticas: "Yo lo he visto más subjetivo [sin tener la referencia de un número concreto de asignaturas suspensas]. Te planteas: "¿Nuestra evaluación va a ser igual de objetiva que la que viene a continuación? ¿Y respecto a las que se hagan en otros centros?". "En la última evaluación también se ha tenido más en cuenta, en vez de si el alumno se lo merece si le va a beneficiar o no. Hemos abierto más ese enfoque, que yo creo que antes estaba, pero no tan abierto".
Sin embargo, a favor de la propuesta, Alberto Molina, profesor de Física y Química, opina: "Es coherente con otras medidas que se están tomando hacia un sistema más basado en competencias. En el modelo anterior, los contenidos tendían a circunscribirse a ciertas materias y en cambio ahora es mucho más transversal. En esta nueva evaluación por competencias, casi todos los profesores participamos en casi todas. Yo, que soy por ejemplo de Física y Química, también trabajo la competencia lingüística y también puedo decir algo al respecto. Creo que si la evaluación es de todo el equipo docente puede ser mucho más enriquecedora". "Lo más importante", agrega, "es que pase o no pase de curso, la atención educativa al alumno [con dificultades] pueda mejorar mediante refuerzos y reducción de ratios [menos alumnos por clase]. Y para eso hacen falta recursos. Más profesorado y más inversión".
Carmen Barbéra, profesora de Geografía e Historia, localiza el problema en otro lugar: "El problema es que llega una nueva ley y todavía no hemos digerido la anterior. La mayoría no tenemos claro todavía lo de evaluar contenidos, evaluar competencias, competencias clave, competencias específicas...". "Que este nuevo sistema de evaluación va a mejorar las estadísticas, seguro. Que vaya a mejorar la realidad, a nivel de aula, de conocimiento y preparación de los chicos, para mí es una gran incerteza. Porque ello llevaría aparejado una gran cantidad de recursos que siempre se prometen, pero nunca llegan. Yo soy muy escéptica".
Otra de las opiniones obtenidas es la de Ignacio Nagore profesor de Lengua y Literatura: "Es verdad que os impone una ley sin prepararnos sobre cómo tenemos que clicarlo. Pero respecto a lo que se dice de que el nuevo sistema de competencias suponga una reducción del conocimiento, no estoy de acuerdo. El curso pasado trabajé en un ámbito socioligüístico [la fusión de varias signaturas, en su caso tres, en la misma clase] y tuve la oportunidad de ampliarlo aún más. Al estar implicadas tres áreas de conocimiento, me dio más juego para relacionar unos campos del saber con otros. Es un nivel interdisciplinar que creo que los alumnos necesitan, porque están muy acostumbrados a compartimentos estancos. Es una oportunidad y un reto para el profesorado y hay que cambiar el chip, pero creo que merece la pena".
Por último, nos encontramos con María José Martínez, directora y profesora de informática, ella nos dice que, "Debemos centrarnos en que los alumnos que han pasado de curso y no han adquirido las competencias puedan recuperarlas al año siguiente, con grupos reducidos o incluso con refuerzos personales. Para conseguir que los alumnos sigan formándose hacen falta recursos y también caminos. La Formación Profesional podría ser una salida para muchos, pero no hay plazas suficientes. Quien tiene recursos se va a la privada, pero los que no tienen, son los que más abandonan, no pueden acceder.
Como conclusión, podemos observar como la mayoría de los profesores entrevistados apoyan la propuesta, pero a su vez le ven defectos, en gran medida podemos observar como piden que para que esta idea salga bien es necesario que se instalen los recursos necesarios para la recuperación de las asignaturas suspensas, recursos que a día de hoy no están aplicados en las escuelas.
CITA APA